El día de hoy quiero compartir contigo una
historia que leí en uno de los libros de Robert Kiyosaki que prácticamente
cambio mi forma de ver el dinero. Cuando leí esta pequeña historia entendí la
diferencia entre realizar un trabajo duro y un trabajo inteligente para ganar dinero.
“Había una vez una pequeña y pintoresca
aldea. Era un gran lugar para vivir, excepto por un problema: la aldea no
disponía de agua a menos que lloviera. Para resolver ese problema de una vez
por todas, los ancianos de la aldea decidieron someter a licitación el contrato
para suministrar agua a la aldea de manera diaria. Dos personas se ofrecieron
para llevar a cabo la tarea y los ancianos otorgaron el contrato a ambos.
Consideraron que un poco de competencia mantendría los precios bajos y
aseguraría un respaldo al suministro de agua.
El primero de los dos ganadores del contrato,
Ed, salió inmediatamente, regresó con dos cubetas de acero galvanizado y
comenzó a correr de ida y de regreso a lo largo del camino al lago que se
encontraba a una milla de distancia. Ed comenzó a hacer dinero inmediatamente al trabajar desde la mañana hasta la
noche acarreando agua del lago en sus dos cubetas. Las vaciaba en un gran
tanque de concreto que la aldea había construido. Cada mañana tenía que
levantarse antes que los demás habitantes para asegurarse de que hubiera
suficiente agua cuando ellos la desearan. Era un trabajo duro, pero el estaba
muy contento porque estaba ganando dinero
y porque tenía uno de los dos contratos exclusivos para este negocio.
"El segundo ganador del
contrato, Bill, desapareció durante algún tiempo. No se le vio durante varios
meses, lo que hizo muy feliz a Ed dado que no tenía competencia. Ed estaba
ganando todo el dinero. "En vez
de comprar dos cubetas para competir con Ed, Bill tenia un plan de negocios escrito, creó una corporación, encontró cuatro inversionistas,
empleó a un presidente para hacer el
trabajo y regreso seis meses después con un grupo de trabajadores de la
construcción. Al cabo de un año su equipo había construido una tubería de acero
inoxidable de gran volumen que conectaba a la aldea con el lago.
"Durante la gran ceremonia de
inauguración, Bill anuncio que su agua era más limpia que la de Ed. Sabía que
se habían presentado quejas de que el agua de Ed estaba sucia. Bill anuncio
también que podía suministrar agua a la aldea 24 horas al día, siete días a la
semana. Ed solo podía suministrar agua en días laborales: no trabajaba los fines
de semana. En seguida, Bill anunció que cobraría 75% menos que Ed por este suministro
de agua, más confiable y de mejor calidad. Las habitantes de la aldea lo ovacionaron
y corrieron al grifo al final de la tubería de Bill.
"Con el fin de competir, Ed
bajo su precio inmediatamente en 75%, consiguió otras dos cubetas, añadió
cubiertas a sus cubetas y comenzó inmediatamente a acarrear cuatro cubetas en
cada viaje. Para proporcionar mejor servicio, contrató a sus dos hijos para que
le ayudaran en el turno de la noche y durante los fines de semana. Cuando sus
hijos se marcharon a la universidad, él les dijo que se apuraran a volver porque
algún día ese negocio les pertenecería. "Por alguna razón sus hijos no
regresaron después de la universidad. Eventualmente Ed tuvo empleados y
problemas sindicales. El sindicato exigía salarios más altos, mejores
beneficios y quería que sus miembros acarrearan solo una cubeta a la vez.
"Por su parte, Bill se dio
cuenta de que si esa aldea necesitaba agua, entonces otras aldeas también
debían necesitarla. Reescribió su plan de negocios y se marchó a vender su
sistema de agua limpia de alta velocidad, gran volumen y bajo costo a las aldeas
alrededor del mundo. "El sólo ganaba un centavo por cubeta de agua
entregada, pero entregaba miles de millones de cubetas de agua diariamente. Sin
importar si el trabajaba o no, miles de millones de personas consumían miles de
millones de cubetas de agua y todo ese dinero se depositaba en su cuenta
bancaria. Bill desarrolló la tubería para llevar dinero para él mismo, así como para llevar agua a las aldeas.
"Bill vivió felizmente para
siempre y Ed trabajó muy duro por el resto de su vida y
siempre tuvo problemas financieros.
Fin”
Después de conocer esta historia a
menudo me pregunto: ¿Estoy construyendo una tubería o acarreando cubetas? ¿Estoy
trabajando duro o estoy trabajando de manera inteligente para ganar dinero? Las respuestas a esas
preguntas me han ayudado enormemente en mi camino hacia la libertad financiera.
Espero que te haya servido también a tí para reflexionar si lo que haces todos
los días, te está llevando hacia donde
realmente quieres.